CROQUETAS DE BOLETUS
INGREDIENTES :
750 ml de leche
160 g de harina
½ cebolla
120 g de mantequilla
30 g de aceite de oliva virgen extra
Nuez moscada rallada
20 g de boletus deshidratados
Sal
Para rebozar las croquetas:
Huevos
Pan rallado
Harina
PREPARACIÓN
Para hacer las croquetas de boletus lo primero que haremos será rehidratar los boletus en un bol con agua tibia. Ponemos unos 20 g aproximadamente que equivale a unos 200 g de boletus.
Cuando los boletus se han hidratado los picamos muy fino. Hacemos lo mismo con la cebolla. En una cazuela ponemos una cucharada de cebolla picada y los boletus a pochar.
Cuando la cebolla esté casi transparente añadimos el caldo donde hemos rehidratado los boletus y dejamos que reduzca para que concentre todo el sabor. Le añadimos un pellizco de sal y dejamos reposar.
En otra cazuela o en un robot de cocina calentamos a fuego medio el aceite de oliva virgen extra y la mantequilla. Le añadimos la cebollita picada que nos queda y cuando esté transparente echamos la harina y hacemos el roux.
Dejamos que se cocine la harina unos 5 minutos, añadimos la leche y una cucharada de los boletus que hemos rehogado. Echamos un poco de nuez moscada rayada y sal. Si lo hacemos en cazuela trituramos con una batidora y dejaremos cocer a fuego medio removiendo todo el rato hasta que veamos que espesa lo suficiente.
Separamos la cazuela del fuego y le añadimos el resto de boletus que habíamos rehogado previamente. Lo removemos y mezclamos bien con una espátula y pasamos la masa a una fuente de horno.
Extendemos bien la masa, le ponemos un film pegado a la masa para que no coja costra y lo dejamos que enfríe para meterlo en la nevera donde reposará 24 horas.
Al día siguiente ponemos la masa en una manga pastelera y formaremos las croquetas. Hacemos un churro largo sobre harina.
Cortamos la masa en porciones y boleamos las croquetas. En este caso las vamos a hacer redondas.
Una vez enharinadas las pasamos por huevo que se impregnen bien. Y después las pasamos por pan rallado. Las reservamos y vamos friéndolas con abundante aceite o en freidora a fuego medio (para que no revienten) hasta que estén doradas.
Las servimos calentitas recién hechas. Podemos acompañarlas de ensaladas y hacer un segundo plato muy resultón o tomarlas como aperitivo o ración junto con otras viandas.
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