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CROQUETAS DE MORCILLA DE BURGOS



INGREDIENTES :

  • 1 morcilla de Burgos

  • Media cebolla

  • 100 g de mantequilla

  • 100 g de harina

  • 800-900 ml de leche entera

  • Huevo y pan rallado para rebozar

PREPARACIÓN

  1. En una sartén amplia ponemos un chorrito de aceite y, cuando esté caliente, echamos la morcilla troceada. La desmigamos según se vaya calentando y dejamos a fuego medio-alto para que se “dore”. Retiramos y reservamos.

  2. En la misma sartén, bajamos el fuego y añadimos la cebolla picada, que dejaremos que se poche lentamente hasta que esté blanda.

  3. Agregamos la mantequilla a la sartén y, cuando se haya derretido, incorporamos la harina. Removemos y dejamos unos minutos para que se tueste, sino las croquetas mantendrán el sabor a harina cruda.

  4. Ahora iremos vertiendo la leche (que habremos calentado previamente) poco a poco, removiendo constantemente para que se integre. Cada vez que vertamos, esperaremos a quela leche se incorpore completamente en la masa antes de incorporar más. Con esto conseguiremos que la bechamel quede sin grumos. A muy malas, si se forman grumos podéis darle un golpe de batidora y listo.

  5. Para preparar las croquetas de morcilla que veis en las fotos, yo he utilizado 800 ml de leche, pero si queréis una textura más cremosa, podéis añadir hasta 900 ml.

  6. Cuando tengamos la bechamel en su punto, incorporamos la morcilla que teníamos reservada y removemos para que se reparta de manera uniforme por toda la masa. Añadimos un poco de sal para potenciar el sabor.

  7. Untamos un recipiente ligeramente con aceite y volcamos la masa de nuestras croquetas de morcilla. Tapamos con film “a piel”, es decir, que quede pegado a la masa y no haya huecos para evitar que se forme costra en la bechamel. Cuando la masa se haya enfriado, metemos en la nevera hasta el día siguiente.

  8. Preparamos las croquetas como seguro que ya sabéis Cogemos porciones de masa con las manos, les damos formas y las rebozamos pasándolas por huevo batido y pan rallado. Freímos en abundante aceite bien caliente. Al sacarlas, las dejamos sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.

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