top of page

SALSA HOLANDESA


La salsa holandesa es una conocida salsa que se emplea principalmente en platos elaborados con pescados y mariscos, con los que combina perfectamente, aunque se emplea también en otros platos diferentes.

La salsa holandesa es una salsa que tiene origen en la cocina francesa, como tantas otras salsas importantes de la gastronomía, a pesar de que su nombre parezca indicar otro origen. Dicho nombre se refiere a una ciudad los Países Bajos muy conocida por su excelente mantequilla, ingrediente básico de esta salsa. Está considerada una de las cinco salsas básicas, a las que se les suele llamar salsas madre en el mundillo gastronómico. Es una salsa ideal para acompañar todo tipo de preparaciones de pescado y marisco principalmente, aunque también combina con otros platos, siendo dos de las preparaciones con salsa holandesa más conocidas los huevos Benedictine y los espárragos con salsa holandesa. Se considera una receta con un elevado nivel de dificultad en su preparación, ya que para conseguir un resultado óptimo en su textura hay que controlar muy bien la temperatura de la preparación.

INGREDIENTES (para 8 porciones):

  • - 200 gramos de mantequilla sin sal

  • - Tres yemas de huevo

  • - Una cucharada de zumo de limón

  • - Una cucharada de agua fría

  • - Pimienta blanca molida

  • - Sal

PREPARACIÓN

  1. Para prepararla vamos a comenzar clarificando la mantequilla, lo que consiste en derretirla al baño maría y colándola después, lo que haremos poniendo a calentar a fuego suave una cacerola con agua, y en la misma colocaremos la mantequilla metida en un recipiente en el que no entre el agua. Esperamos a que la mantequilla se funda del todo y entonces la pasamos por un colador de tela, así colamos los restos que quedan en la parte de arriba. Esta mantequilla clarificada la mantenemos siempre líquida, pero dejamos que se enfríe un poco.

  2. Mientras tanto en un recipiente batimos con intensidad las yemas de tres huevos y una cucharada de agua fría, hasta que quede una mezcla bien batida. Esa mezcla la ponemos al baño maría, a fuego medio, y sin dejar de remover, sobre unos 4 o 5 minutos más o menos. Tras este tiempo comenzamos a verter la mantequilla clarificada a la mezcla de las yemas y el agua, poco a poco y sin dejar nunca de batir con unas varillas. Es importante que la mezcla se mantenga siempre caliente pero sin que el agua hierva, y batir constantemente unos 9 o 10 minutos desde que hayamos echado toda la mantequilla líquida en el recipiente.

  3. Pasado este tiempo la mezcla irá tomando una textura bien densa, momento en el que agregaremos el zumo de limón y un poco de sal y pimienta blanca molida, removemos bien y ya tenemos lista nuestra salsa holandesa. Esta salsa debe servirse siempre templada, así que si no la sirves recién hecha, nuestro consejo es calentarla al baño maría justo antes de servirla en tus platos, para que tome una buena temperatura, pero ten cuidado de no calentarla demasiado, ya que debe mantener la textura adecuada.

bottom of page